La familia y La Familia Ideal.
La familia, y la Familia Ideal.
Si a cualquiera de nosotros le preguntan ¿qué es para usted
la Familia? Normalmente responderíamos algo como: conjunto de personas,
generalmente una pareja, unida por lazos religiosos o legales. O si no:
ascendientes y descendientes con parentesco sanguíneo que se relacionan entre
sí.
Si bien estas definiciones nos ayudan a resumir una idea de
lo que es la familia, esta va más allá de eso.
Según autores:
1.
Herbert Spencer, La Familia tiene la función de
cohesionar a los propios integrantes y a todos aquellos que pertenecen a la
misma colectividad. Tiene como principal encargo la procreación y el
aseguramiento de las condiciones mínimas de existencia de los hijos hasta que
puedan ser autosuficientes y contribuir a la economía familiar
2.
Émile Durkheim, La familia ha pasado por un
largo proceso de transformación, la estructura de la familia actual corresponde
al proyecto de Estado-Nación, los valores compartidos por sus integrantes le
dan cohesión. Según Durkheim existen dos tipos de familia “reducida” y la
familia “primitiva” ambas corresponden y son reflejo de las condiciones
sociales de su tiempo. La familia es el lugar de orden, normativo y básico
aunque heterogéneo, en el que actúan, al igual que en la sociedad, fuerzas de
aprobación y sanción.
3.
Talcott Parsons, La Familia es un sistema donde
sus integrantes se hayan subordinados al sistema familiar. Parsons, considerado el mayor exponente del
enfoque estructural funcionalista, reconoce cuatro conceptos básicos: sistema,
estructura social, función y equilibrio. Establece una relación de semejanza
entre el funcionamiento de los subsistemas corporales y el sistema social,
dentro del cual la familia se constituye como un sistema elemental, formado por
diferentes subsistemas, el conyugal, formado por los esposos, el parental,
referido al vínculo entre padres e hijos, y el fraterno que se da entre
hermanos.
4.
Alvin Toffler reconoce tres grandes momentos de
cambio en las sociedades con implicaciones biológicas, psicológicas, sociales,
y económicas. La primera, denominada la edad de la agricultura, por su
similitud con el proceso de siembra, la segunda es la aparición de las máquina
de vapor y la revolución industrial, la tercera y última, denominada “de la mente”,
llamada por otros era posmoderna o sociedad del conocimiento.
La familia es el conjunto de personas unidas por vínculos de matrimonio, parentesco o adopción. Es considerada como una comunidad natural y universal con base afectiva, que influye en la formación del individuo y tiene interés social. Se dice que es universal, ya que a lo largo de la historia, las civilizaciones han estado formadas por familias. En todos los grupos sociales y todos los estadios de la civilización, siempre se ha encontrado alguna forma de organización familiar. La familia se ha modificado con el tiempo, pero siempre ha existido, por eso es un grupo social universal, el más universal de todos.
OMS define familia como "Los miembros del hogar emparentados entre si, hasta un grado determinado por sangre, adopción y matrimonio. El grado de parentesco utilizado para determinar los límites de la familia dependerá de los usos, a los que se destinen los datos y, por lo tanto, no puede definirse con precisión en escala mundial"
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), podemos definir la familia como “conjunto de personas que conviven bajo el mismo techo, organizadas en roles fijos (padre, madre, hermanos, etc.) con vínculos consanguíneos o no, con un modo de existencia económico y social comunes, con sentimientos afectivos que los unen y aglutinan”.
Las funciones principales de la familia
Elementos como el surgimiento de diferentes tipos de familias, la incorporación de la mujer al trabajo y los avances tecnológicos han provocado cambios en la estructura familiar.
Esos cambios también transforman los roles de cada miembro de la familia y las funciones que cada cual debe cumplir en su seno.
Sin embargo, toda familia como unidad social cumple con las siguientes funciones:
1- Función de identificación
Dentro de la familia un individuo descubre y establece su propia identidad como persona y como ser sexuado.
Asimismo, aprende cuáles son las pautas de comportamiento que se vinculan con su identidad.
2- Función educadora
Esta función está relacionada con la anterior y se refiere al rol formativo del núcleo familiar. Es en la familia en donde el individuo aprende a hablar, a caminar y a comportarse, entre otros aprendizajes.
De hecho, es normal escuchar en las instituciones educativas que requieren del apoyo familiar para poder cumplir a cabalidad con su misión de educar a las personas.
Esta función tiene como plazo crítico la primera infancia del individuo. En ese momento es cuando se fijan los conocimientos fundamentales para su desarrollo en sociedad. Luego de eso, la educación cumple un papel reforzador de estos aprendizajes.
3- Función de comunicación
La función educadora se relaciona con una función comunicativa, porque le enseña al individuo los signos, símbolos y códigos necesarios para hacerse entender en la sociedad en la que vive.
Esta función de comunicación es importante porque incide en la forma en la que el individuo se relacionará con sus semejantes.
4- Función socializadora
Como en el caso de la educación, esta es una función compartida entre la familia y las instituciones educativas. Se relaciona con el desarrollo de la capacidad de interactuar con otros.
Socializar implica vincularse intelectual, afectiva y hasta económicamente con otras personas, y para ello se deben cumplir ciertas pautas de comportamiento. Es decir, las personas se adaptan a las exigencias sociales del entorno en el que crece.
Se trata de una función que incide directamente en la supervivencia de un sistema u orden social, ya que se transmite de generación en generación.
5- Función de cooperación y cuidado
Una familia también es la primera instancia de seguridad y protección para una persona. El propio ciclo vital humano exige que haya otros individuos de la misma especie cuidando de los más pequeños e indefensos.
Es el núcleo familiar el encargado de proveer refugio y alimento a sus miembros, en especial a los más jóvenes.
De hecho, se cree que el ser humano es de las especies que nace más vulnerable a enfermedades o al ataque de algún depredador. Por tal motivo, la protección familiar se convierte en una necesidad vital.
Asimismo, se espera que cada miembro de la familia contribuya con el cuidado y crecimiento de los demás. Esta contribución puede ser económica, afectiva, educativa, entre otras.
El apoyo familiar nace del sentimiento de pertenencia que tienen sus miembros. Saber que comparten creencias, proyectos y afectos los hace involucrarse y sentirse responsables los unos de los otros.
6- Función afectiva
Aunque no aparece de primera en esta lista, es una de las funciones básicas de la familia porque las personas requieren alimento para sus cuerpos y, casi en la misma medida, afecto y cariño.
El ser humano se nutre de ese cariño que recibe en el seno familiar, aprende a sentirlo por otros y a expresarlo.
La manera en la que se expresan las emociones en la familia incide en el modo en el que las personas manejarán sus emociones en otros entornos: laboral, escolar, comunitario, entre otros.
7- Función económica
Vivir en familia implica que sus miembros deban contribuir con las fuerzas productivas de su sociedad. También implica que deban consumir bienes y servicios. De este modo, se mantiene activa la maquinaria económica de las naciones.
Además, es en la familia en donde la persona aprende nociones económicas como presupuesto, ahorro, cuentas por pagar, inversiones, gastos y otros
8- Función reproductiva
Otra de las funciones básicas de una familia es la de preservar la especie mediante la reproducción de sus miembros.
Pero además de la reproducción biológica, también se da una reproducción cultural mediante la labor socializadora de la familia.
9- Función normativa
En la familia el individuo adquiere su primer marco de referencia sobre las reglas y normas que debe cumplir.
Cada familia establece sus propias reglas y normas de comportamiento para mantener la armonía entre los miembros de su hogar.
Estas normas también facilitan las relaciones entre los miembros de una sociedad, puesto que delimitan claramente los roles individuales y la forma en la que se percibe la autoridad.
10- Función emancipadora
La familia es la que ofrece el sentido de independencia y autonomía necesarios para el buen desenvolvimiento de la vida de las personas. En la familia el individuo entiende los límites entre dependencia e independencia.
En este núcleo se encuentran las herramientas que favorecen el crecimiento y la maduración del individuo, que lo harán apto para ir por su cuenta dentro de la sociedad.
11- Función transmisora de valores
La familia tiene la necesidad de educar en ciertos valores y que estos sean practicados y respetados. La tolerancia, el respeto, la honestidad, la bondad, el perdón, la solidaridad o la empatía suelen ser los que más mimo ponen los mayores con los más pequeños.
Martínez, Aurora. ( Última edición:1 de febrero del 2021). Definición de Familia. Recuperado de: //conceptodefinicion.de/familia/. Consultado el 25 de marzo del 2021
García, Alejandro (2016). Familia concepto y funciones. Recuperado de: psicologiayconducta.com
Quiroz, Cynthia (s/f). La Familia: sus necesidades y funciones. Recuperado de: medicosfamiliares.com
Salud
Salud es el estado general de un organismo vivo, en tanto ejecuta sus funciones vitales de una forma eficiente, lo cual le permite desenvolverse adecuadamente en su entorno.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el concepto de salud está vinculado a un estado de bienestar físico, mental y social, y no sólo a la ausencia de enfermedades.
La salud también se define en dos niveles: un nivel subjetivo (el sujeto cree que está en bienestar) y un nivel objetivo (cuando existen datos que permiten verificar dicho estado).
"Salud”.En: Significados.com.Disponible en: https://www.significados.com/salud/ Consultado: 25 de marzo de 2021, 07:29 pm.
Hablar de familia ideal en
nuestros crudos e intolerantes tiempos, es precisamente empezar a considerar
una concepción utópica; sin embargo, no significa que no sea posible,
finalmente son éstas consideraciones las que han cambiado nuestro mundo.
Como también existen otras
consideraciones que para bien o para mal han cambiado continuamente nuestro
mundo, especialmente en el último siglo con la liberación femenina y la conformación
de las comunidades LGBT, entonces con éstos cambios, precisamente a variado
nuestra sociedad, nuestra familia, nosotros mismos; la familia ideal por eso no
la definen características perfectas, ella sólo responde a las necesidades y
contrariedades de la sociedad moderna.
Aun siendo totalmente diferentes,
los seres humanos tenemos necesidades, deseos e ideales comunes. Los ideales
suelen ser esa fuerza inspiradora que nos hace seguir hacia adelante, esa
energía que nos empuja en los momentos de decaimiento. Aunque también pueden
aparecer como esa fantasía ilógica e instigadora que nos ciega, pretendiendo
hacernos cambiar aquello que creemos erróneo.
Perseguir una meta, un objetivo,
un ideal, incluso una utopía, por irreal que sea, no tiene por qué arrastrarnos
al desánimo, a la frustración o al fracaso. Esta clase de búsqueda promueve
mejoras en nuestra vida, pues, a pesar de saber que nunca llegaremos a su total
consecución, el simple hecho de adentrarnos en ella nos mejora y vivifica. Un
ejemplo evidente es el proceso de crecimiento personal: somos conscientes de
que no llegaremos a la iluminación y no por ello dejamos de intentarlo, con lo
que cada día ganamos un poco más de equilibrio, paz y bienestar.
Sin embargo, perseguir ciertas
fantasías o modelos, creyendo que son las únicas, indiscutibles y válidas
opciones, puede arrastrarnos a la desesperación. Cuando perdemos de vista este
aspecto etéreo e irrealizable, aunque deseable, para convertirlo en ansiado
objetivo es cuando nos desanimamos.
Hablar sobre la familia ideal es
adentrarse en uno de esos temas universales que nos puede llenar de regocijo o
hundirnos en la más profunda de las miserias, según si el ideal que tenemos
sobre cómo ha de ser se adapta o no a nuestra realidad.
Profundizar en el origen del
ideal de familia, en cómo hemos adquirido ese constructo, en qué nos ha llevado
a ello, no es lo realmente importante; lo verdaderamente indispensable es
reconocer y aceptar cómo es esa familia ideal que hemos forjado en nuestra
mente.
¿Cuál es la primera imagen que te
aparece cuando oyes la palabra Familia? La mayoría de las personas a las que he
preguntado visualizan una fotografía de su familia biológica.
Si os tomáis unos minutos y
buscáis esta entrada en el Diccionario de la Real Academia encontrareis unas
diez acepciones de las cuales seguramente tan solo las tres primeras tienen
algo que ver con la consanguineidad.
Si buscamos ese nexo común entre
todas estas definiciones, encontraremos que es esa “sensación de unidad, de
pertenencia” que puede darse por infinidad de criterios que abarcan desde los
biológicos a los sociales y que no son excluyentes: se puede pertenecer a
varias “familias” al mismo tiempo.
Que pensemos o no
prioritariamente en nuestra familia biológica no es la cuestión, sino más bien
qué pensamos y sentimos ante esa imagen, ya que asociamos al concepto en sí
mismo toda una serie de connotaciones que abarcan desde los roles a las
interacciones entre los diferentes miembros de la familia.
Cuando nos damos cuenta de que la
sensación emergente ante el pensamiento o la visualización es de malestar, el
cual puede oscilar desde la simple incomodidad a la angustia, acompañado por
sentimientos que pueden variar de la indiferencia (bloqueo) a la rabia, donde
la culpabilidad suele ser una constante o aparece cualquier otro pensamiento
desenergizante, sabemos que algo no cuadra.
Retomando los significados de
Familia, nos damos cuenta de que el problema radica en el juicio que hacemos
sobre “cómo es”.
Tenemos una idea preconcebida de
los roles y del tipo de interacciones que debe haber entre los diferentes
miembros y si cada individuo no ejecuta el baile que creemos que le está
destinado entramos en grave conflicto. En nuestro concepto de familia
interviene un pensamiento parásito de cómo debe ser y es ahí donde nos
confundimos si la realidad difiere del modelo.
Aceptar es la base de la
tranquilidad. Existen circunstancias imposibles de cambiar, simplemente hemos
de aprender a convivir con ellas.
El ideal es aquella imagen mental
hacia la que nos dirigimos pero cuando lo que pretendemos es remodelar a los
individuos o sus interacciones con nosotros para que se adapten a ese prototipo
deseado, esto se convierte en una falacia con la que nos herimos.
La familia biológica es aquella a
la que pertenecemos por criterios genéticos, nos une “la sangre”. La familia
emocional es a la que pertenecemos por amor. La primera no se puede elegir, los
individuos pertenecen a ella gracias a sus progenitores. La segunda es una
elección, ya que no existe la obligación de amar.
Muchas veces ambos criterios
suelen unirse y determinados individuos consiguen fundir en una sola ambas
opciones, aunque no siempre es así.
Cuando olvidamos que el ideal es
simplemente un proyecto hacia el que nos encaminamos entramos en malestar y en
conflicto.
Es bueno recordar que Ideal es
aquello:
“Que no existe sino en el
pensamiento”
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