Roles de la Familia
En la familia se distinguen un gran número de papeles, algunos surgen bajo la influencia de los factores biopsicosociales, constituyendo los roles operativos tradicionales, otros en cambio, se manifiestan cuando hay patología individual o alteraciones de la funcionalidad familiar, como es el caso de los roles idiosincrásicos.
TIPOS DE ROLES DESEMPEÑADOS EN LAS FAMILIAS
Tradicionales: Madre, padre, hermanos, abuelos,
sobrinos, primos
Idiosincrásicos: Hijo parental, chivo expiatorio,
reconciliador, responsable, héroe, mártir
Instrumentales: Proveedor, protector, orientador,
educador, administrador, etc
Emocionales o Afectivos
Modelos o patrones de conducta
Las familias
tienden a desarrollar especificaciones sobre quién hace qué en el grupo. Los
roles instrumentales contribuyen a la distribución de funciones, tareas y
rutinas de la vida familiar, por ejemplo, el padre-esposo tradicionalmente se
identifica con un rol proveedor y protector de los hijos. En cambio, se
considera deseable que la madre-esposa mantenga primordialmente un rol
afectivo, aun cuando desarrolle un papel similar al hombre en otras áreas. En
este contexto, es claro que todos los miembros de la familia asumen una
variedad de roles diferentes, algunos son funcionales (ejemplo: proveedor, el
guardián, el vocero, el que limpia) y otras son emocionales (el bromista, el
consejero, el doctor, el miembro problema).
Las personas significativas o especiales de la
familia ofrecen patrones de conductas o modelos de rol que son imitados por los
niños y los preparan para su integración a la sociedad. La figura parental del
mismo sexo sirve para identificarse (modelo de desarrollo), mientras que la
relación padres-esposos, padres-hijas mayores, conjuntamente con las conductas
de los hermanos y otros componentes de la familia, ayudan al aprendizaje de
comportamientos relacionados con el sexo (varón, hembra), la edad (patrones
conductuales hasta la adultez), la relación hombre-mujer, entre otros. Sin
embargo, tales relaciones no serán un modelo adecuado y aceptable si el niño
observa en ellas críticas, desprecios o violencia. No debe olvidarse que en su
etapa de formación los individuos aprenden por un proceso consciente e
inconsciente, que puede conducir al abierto rechazo de una conducta considerada
impropia, pero inconscientemente se adoptan o internalizan los patrones de
comportamiento indebidos. Resulta interesante que el modelo de rol
proporcionado por los padres y otros adultos, puede servir también para la
transmisión y modelamiento de patrones conductuales frente a situaciones
específicas, tales como mentir o enfermarse para evadir y justificar el
incumplimiento de alguna obligación.
ROL MATERNO
Los psicoanalistas están de acuerdo en la
concepción clínica de lo que constituye “un buen ejercicio maternal”. La madre
debe constituirse en un “medio aprovisionador total” del niño y esta provisión
consiste en algo más que la mera satisfacción de necesidades fisiológicas. La
madre debe realizar todo lo que el niño es incapaz de hacer por sí mismo:
alimentación, vestido, higiene y transporte, añadiendo a la atención maternal
un contenido afectivo seguro; es un hecho emocional que se integra y unifica
con el hecho físico.
Los analistas no consideran que la mayoría de las
madres “normales” tengan dificultades para cumplir lo que prescriben. Sugieren
que las mujeres obtienen satisfacción y cumplen las expectativas del rol
maternal a un nivel fundamentalmente distinto de experiencia.
La estructura económica de las sociedades
contemporáneas ha venido a incorporar en un grado creciente a la mujer en el
campo de la producción y esto modifica sustancialmente su rol y por lo tanto la
estructura de la familia (esposa-madre; esposa-compañera; esposa-colaboradora);
los tres tipos de roles no los desempeña la mujer en forma exclusiva, sino que
hay una interrelación permanente entre ellos, aunque siempre será uno el que
tiende a predominar. Es motivo de conflicto para la esposa escoger cuál de
estos roles es el que va a desempeñar, porque muchas veces son incompatibles.
Ello trae, en ocasiones, desconcierto y situaciones de choque para la familia.
ROL PATERNO
Por fortuna han pasado los días en que se ignoraba
o minimizaba la contribución del padre al desarrollo de los hijos. La cantidad
de cuidado que los hombres brindan a los bebes está aumentando en los países
industrializados.
Todos los niños y niñas necesitan modelos de roles.
Si no hubieran hombres en la familia, sería importante que el niño viera a los
hombres en sus roles masculinos fuera del hogar, dentro del resto de la
familia, entre los vecinos, en la comunidad o en un centro de atención
infantil.
La presencia de la figura paterna, está relacionada
con la misión del padre en el seno de la familia, y en particular, respecto a
la relación que ha de establecer con el hijo. La misión quedaría enmarcada
dentro de las siguientes características:
Ser modelo de identificación para el hijo/hija
Ser modelo de masculinidad para el hijo varón
Establecer un tipo particular de liderazgo en el
interior de la familia
Servir de cauce idóneo, aunque no único y
exclusivo, para establecer la apertura del hijo hacia la sociedad
Desarrollar una concreta acción formativa en la
vida del hijo (seguridad, valores, autoridad, disciplina, identidad personal)
ROL DE HERMANO
Los hermanos y hermanas mayores a menudo actúan
como modelo y profesores para sus hermanos menores. En estudios se han
demostrado que los niños pequeños observan cuidadosamente a sus hermanos o
hermanas mayores, con frecuencia cogen sus juguetes que han abandonado o imitan
sus acciones. Los hermanos que no se llevan mucha diferencia de edad, a menudo
tienen intereses similares, les gustan las mismas cosas y parecen entenderse
mutuamente.
A pesar de la ambivalencia de las primeras
relaciones entre hermanos, la presencia de un hermano puede ayudar al niño a
desarrollar la empatía, habiendo cuatro aspectos de la interacción como son:
Compartir los mismos padres y situaciones
familiares hace que los niños experimenten las mismas emociones
Cuando las madres intervienen en las peleas entre
hermanos por los juguetes o el trato, suelen fomentar el compartir y la
receptividad hacia los deseos, necesidades y sentimientos del otro
Observar como los padres recompensan al hermano por
ser solidario, o le castigan por su egoísmo o crueldad, ofrece una oportunidad
de aprendizaje por observación acerca de las consecuencias de la conducta
prosocial o antisocial.
El entorno común de los hermanos, la estrecha
familiaridad entre sus mundos, la dependencia mutua y la continua interacción
pueden hacer más fácil al niño el desarrollar la capacidad de ponerse en el
lugar del otro.
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